miércoles, 17 de marzo de 2010

No corras, ve despacio.


En la imagen vemos a Julio corriendo mientras recoge los aros. Foto tomada por Rafa Téllez.


Me he reencontrado con un antiguo alumno, Julio , afectado de autismo, hacía dos años que no nos veíamos, aunque me recordaba, y también los modos de trabajar con el caballo.

Ha progresado mucho en el lenguaje oral, lo que nos permite trabajar con frases de dos o mas palabras: "coge le cepillo", "ayúdame a subir", "dame los aros". También intento que interactúe con otras personas mirándolas a los ojos para comunicarse.

En ocasiones Julio se pone nervioso y sale corriendo, estoy trabajándole la calma, enseñándole a relajarse y a hacer las cosas sin correr, por ejemplo: si tras la sesión, a la hora de recoger los aros o de coger algo de comida para premiar al caballo, Julio sale corriendo a entregársela le hago desandar el camino y repetirlo despacito (sin agarrarlo, le permito ir libremente, siempre que lo haga con calma y atención).

Como diría el poeta:

No corras.
Ve despacio.
Que adonde tienes que ir
es a ti mismo.

Ve despacio.
No corras.
Que el niño de tu YO,
recién nacido eterno,
no te puede seguir.


Juan Ramón Jiménez.

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