miércoles, 22 de abril de 2009

Poema de ánimo a todos/as los luchadores/as



Este es un poema de Kipling: el escritor, mitad indio, mitad británico, que escribió "El libro de la Selva", el poema es para mi una fuente de inspiración y ánimo que quiero compartir con todos aquellos luchadores/as: alumnos, madres, padres, familiares, voluntarios, profesionales etc... que se mueven en el mundo de la discapacidad luchando contra obstáculos que a veces parecen superarnos pero que en realidad nos ayudan a crecer con cada paso.

"IF" de Rudyard Kipling :

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
Si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;

Si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado, no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno,
ni hablar condemasiada sabiduría…

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera,
Si puedes soportar escuchar la verdad que has dicho tergiversada por bribones para hacer una trampa a los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida,
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas…

Si puedes hacer un hato con tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
Y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto la voluntad que les dice "¡Continuad!"

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud,
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
Si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos,
tuya es la Tierra y lo que hay en ella,
y - lo que es más - serás un hombre, hijo mío.