sábado, 3 de abril de 2010

Superar el miedo: conducir de reata.

Foto tomada por Rafael Téllez:
el alumno conduce a reata, mientras la auxiliar controla firmemente al animal,
el terapauta se encuentra frente al niño dándole las instrucciones precisas.



En ocasiones nos encontramos con alumnos que muestran miedo a montar, mejor dicho, al momento justo de montar en el caballo, poco después esa ansiedad pasa y disfruta mucho del trabajo.

Hay muchas maneras de facilitar la subida al caballo para superar dicho miedo: utilizar la rampa para montar (aunque el alumno no utilice silla de ruedas), intentar calmar al alumno durante el proceso previo de escaneo y cepillado, montarlo directamente sin explicaciones y poner el caballo en marcha antes de que se de cuenta de lo que está pasando (esta última técnica es una inmersión de choque solo aconsejable en algunos casos y siempre que el vínculo de confianza entre alumno y terapeuta sea fuerte). En mi opinión la forma mas adecuada de superar el miedo a subir al caballo es conducirlo de reata.

Tras el proceso de escaneo, cepillado y colocación de arreos es interesante que el alumno tome la cuerda (ramal) y, bajo la dirección del terapeuta y con la ayuda de un auxiliar (que controlará al animal), dirija al caballo dando varias vueltas al terreno de monta a pie.

Guiar de reata le obligará a centrarse en la tarea: coger el ramal fuerte y con ambas manos, caminar de manera firme sin dudar, mostrar confianza en si mismo para que el caballo lo siga, ir a ritmo constante. Como norma general, tras varias vueltas al terreno suelo preguntar (si el alumno domina el lenguaje) ¿te has cansado ya de llevarlo? ¿quieres subir?. Si la respuesta a subir es negativa seguimos caminando y complejizo más la tarea. Tarde o temprano las ganas de montar y la autoconfianza generada superan al miedo y el alumno accede a subir, con la ayuda mínima (elevarle un píe). En caso de que el alumno no domine el lenguaje la comunicación puede hacerse de manera gestual y funciona de la misma manera.

No hay que desesperar: si pasamos toda la sesión caminando de reata y conseguimos que, aunque solo sean 5 minutos, el alumno monte sin miedo a animal, será todo un éxito. Es algo que dejo bien claro siempre: el alumno no viene a montar a caballo, ni tampoco a divertirse: viene a aprender y a superarse a si mismo, día a día. Esto, además de la titulación universitaria de los profesionales, es una de las cosas que diferencia las Terapias Ecuestres de las Actividades de Ocio para Discapacitados.