martes, 25 de enero de 2011

Me llamo Dora y no me gusta que me den tirones.

Me llamo dora soy una perra terapeuta, no me preguntéis mi raza, como buena andaluza soy multiétnica. Cuando nací, el día de navidad por cierto, me encontró abandonada en el campo un hombre mayor llamado Rafael, durante los doce años que Rafael y yo caminamos juntos no dejó de reconocer que era el mejor regalo que había recibido en su vida.

"Trabajando vínculos de confianza": foto tomada por Bea de Felipe.
Ahora vivo con su hijo, que se llama Rafa y se parece a su padre, y a veces le ayudo a enseñar cosas a niños y mayores, en ocasiones hasta monto a caballo.

Me gustan mucho la personas y soy muy cariñosa, pero os lo advierto: ¡no me gusta que me den tirones!. Solo soy una perrita pequeña, pero solo hago las cosas cuando se me piden con respeto y cuando se me tiene en cuenta, quien me intente obligar por la fuerza no me podrá convencer por muy fuerte que tire.
"Cuerda tensa": foto tomada por Rafa Téllez
Hace poco paseé con un niño de mi familia, se llama Gael,tiene mucha creatividad y es sobrino de Rafa.
A pesar de que Rafa le había explicado a Gael que no se me pueden dar tirones, el niño no se enteró bien. Eso suele pasar, las personas no se enteran a la primera, así que yo se lo expliqué a mi manera: poniéndome firme y aguantando el tirón.

Al poco rato Gael se dio cuenta de que los tirones no funcionaban y miró a Rafa, que le explicó de nuevo: -a tirones no: prueba a ponerte a su lado, mantén la cuerda con las dos manos y pídele "paso". Entonces comenzamos a caminar juntos, pero al poco tiempo el niño dejó de atender a lo que estábamos haciendo juntos así que nos liamos.

"Hechos un lio": foto tomada por Rafa Téllez.
Rafa nos ayudó, volvió a decir: -Ponte junto a ella, agarra la cuerda bien, ni tensa ni floja y pide "paso" y esta vez estate atento para no liarte. Así, los dos estuvimos un rato caminando juntos, prestándonos cada vez más atención el uno al otro, al final, Rafa nos felicitó por hacerlo bien y todos estuvimos muy contentos.

"Dos caminan juntos": foto tomada por Rafa Téllez.
Esto es un ejemplo de como puedo ayudar, los perros y los animales en general podemos ayudar mucho siempre que nos comprendan tal y como somos. Nosotros nunca prejuzgamos a las personas, y nunca nos distraemos con pensamientos tontos: siempre nos entregamos al 100% a lo que estamos haciendo y a la persona que nos acompaña. En esta caso la persona que me acompañaba era un niño muy inteligente, pero también puedo trabajar con personas adultas o personas con discapacidad, todos tenemos cosas que aprender y compartir.

Hasta pronto, os saludo con alegria a raudales.

lunes, 24 de enero de 2011

Aprendiendo a trabajar en equipo con perros.




A petición de un lector elaboro este artículo: ¡claro que se puede trabajar con perros!, aunque se trabaja de manera diferente y sus aplicaciones son específicas. Un perro es muy diferente a un caballo, no nos puede proporcionar por ejemplo el gran estímulo de la monta, pero se puede trabajar muy bien con perros. Para cuestiones de autoestima, autocontrol, atención, comunicación etc son excelentes compañeros de enseñanza-aprendizaje.

Os presentaré como ejemplo el trabajo con un niño sin discapacidad, aunque el mismo trabajo puede ser adaptado a adultos y otros colectivos. Los objetivos de este trabajo en concreto consisten en aprender a estar atento del otro, a ponerse de acuerdo, atender a la tarea y ganar autoconfianza con el logro de la misma.

Mi ayudante es Dora, una perra que ya era terapeuta antes de entrar en mi equipo: la heredé de mi padre, a quien acompañó en su vejez y proporcionó grandes momentos de felicidad, además, el hecho de pasearla por el parque brindó a mi padre la oportunidad de tener un montón de amigos que aún lo recuerdan ahora, cuando soy yo quien pasea junto a ella.

1) Toma de contacto: no se puede obligar a Dora a hacer lo que no quiere: ¡a tirones no!. Aquí el alumno tiene que aprender a contactar con el animal, a respetar su entidad y a negociar con él. Si la cuerda está tensa y se entra en un juego de tira y afloja no se puede avanzar. Ni en esto, ni en nada. Esto no se enseña de palabra, pero con esta experiencia el alumno puede ir asociando e integrando el funcionamiento. Para que comenzar a caminar el alumno ha de ponerse al lado del animal, agarrando la cuerda con ambas manos, se pretende que caminen juntos y acompasados. Se acuerda la misma orden verbal que le damos a los caballos: "paso"

2) Excesiva laxitud: Si perdemos la atención en lo que hacemos, si nos olvidamos demasiado del otro, aunque estemos en la misma dirección, no caminamos juntos. En la foto superior vemos que el alumno no está atendiendo a la tarea, no lleva la cuerda adecuadamente agarrada y no presta atención a Dora, que está empezando a desviarse hacia los arbustos.


3) Tarea conseguida: los dos caminan juntos, al unísono, la cuerda está lo suficientemente libre como para que Dora esté cómoda, pero lo suficientemente tensa como para que sea un vehículo de intercambio de información. El alumno camina tranquilo y feliz por haber conseguido la tarea.

Consejos:
-La cuerda del perro va sujeta mediante un arnés: no se puede realizar esta técnica si la sujeción del perro se realiza mediante una correa simple alrededor del cuello.
-Es conveniente una toma de contacto relajada antes de colocar la cuerda al animal, alumno y perro deben intercambiar saludos y jugar un poco.
-Hay que explicar al alumno la tarea y hacer correcciones puntuales cuando veamos que se producen errores. Nuestra tarea será compleja: vigilar que el alumno aprenda de la experiencia y no se frustre en el intento, vigilar que el animal no sufra y no se ponga excesivamente rebelde. Por ello el terapeuta debe trabajar previamente el establecimiento de un vínculo de confianza.