
Con una sencilla caja de caligrafia oriental (se puede comprar en un comercio chino), podemos hacer un taller que deleite a los pequeños. Con él trabajaremos psicomotricidad fina, atención y creatividad.

Algo muy interesante es que la tinta viene en una barra sólida, por lo que hay que mezclarla con agua: los movimientos circulares y acompasados para rayar la barra requieren gran atención de nuestros alumnos.

El agua se añade en pequeñas cantidades, utilizando un cazo pequeño y un cuenco al uso

Como es la primera sesión dejaremos a nuestros alumnos pintar libremente para que se familiaricen con los materiales y experimenten el trazo.

Por último pueden sellar la obra, en este caso le ha gustado el sello y ha experimentado varias veces. Y el paso final es la limpieza de todos los materiales y el secado inmediato.
Nota: Todas las fotos de este post han sido tomadas por Rafa Téllez.
Cualquier actividad se puede preparar a conciencia o improvisar.Con todas aprenden y se entretienen y como no nos hacen disfrutar a quienes los observamos. Haciendo una pizza aprenden a tener paciencia para que la masa quede buena y además dan valor a la comida y a lo que cuesta hacer la ccena todos los dias y encima, se lo comen sin rechistarr!!!!! lo han hecho ellos y les gusta.Otro día a pintar..... sin censuras ni restricciones llenad el papel de tinta y las manos de churretes.
ResponderEliminarAsi es Bea: cosa de niños. Los niños lo hacen todo de manera facil e integrada, con naturalidad aprenden y enseñan. Cuando estoy con niños intento recuperar el niño que fui.
ResponderEliminarGracias por tu aportación